Nadie te enseña a caerte con ternura. Nadie tu enseña a romperte de raiz y coserte poco a poco, con paciencia como el abrazo de una abuela.
Artículos relacionados
Vista previa: CREZCO COMO UN BOSQUE
Este sitio web utiliza cookies, tanto propias como de terceros, para mejorar su experiencia de navegación. Si continúa navegando, consideramos que acepta su uso. Más información