Al pobre Ruperto, como es tan despistado, ¡hasta comer helados se le ha olvidado!
Artículos relacionados
Otros libros del autor
Vista previa: EL GIGANTE RUPERTO
Este sitio web utiliza cookies, tanto propias como de terceros, para mejorar su experiencia de navegación. Si continúa navegando, consideramos que acepta su uso. Más información