SWYSEN, BERNARD / PTILUC
Este cómic debería figurar como lectura obligatoria en todos los programas de enseñanza.'
Élie Barnavi, antiguo embajador de Israel en Francia.
Divierte, educa y hace reflexionar.
Johann Chapoutot, profesor de Historia contemporánea en la Sorbona.
Aquellos que no pueden recordar el pasado están condenados a repetirlo.
Divertir y Educar: El Placere et Docere de los antiguos, que era válido tanto para un apólogo como para el teatro, es aplicable también a los cómics. El excelente Maus no es divertido en absoluto, como tampoco lo son clásicos del cómic como Heil Superman! o Captain America in the Death Camps.
Con esta historieta lo tenemos todo: la parte didáctica, que se basa en un buen trabajo historiográfico previo, y la diversión, con la historia de esta rata un poco histérica, irritante y a veces conmovedora que representa a Hitler.
El punto fuerte de este cómic radica en que no traza límites claros: tanto en La bête est morte! como en Maus las diferentes categorías (judíos, nazis, diferentes nacionalidades, etc.) se establecían con diversas especies de animales. En este caso no ocurre así, es la jugada maestra de los autores: hay toda clase de animales sin distinción, porque el nazismo nos concierne a todos, no en el sentido más bien tonto del mal omnipresente, sino porque el nazismo fue racismo, antisemitismo, imperialismo.
Añádase una narración fluida, y un humor muy presente, que solo se detiene ante las puertas de los campos de exterminio. Ahí, el color da paso al blanco y negro y ya no hay motivo de risa. Sin duda, los autores han aprendido de la película de Benigni, La vida es bella. Este cómic os gustará. Hace sonreír y divierte.