IBARROLA, BEGOÑA
Pirindicuela estaba muy orgullosa de su belleza.
	
	
	
	Volaba y volaba sin parar de un lado a otro para que todos vieran sus preciosas alas. En su paseo conoció a un gnomo que hizo que cambiara de opinión. 
	
	
	Un cuento sobre el orgullo.