VERONICA PÉREZ MARRERO
En la recopilación de algunas de las experiencias y en el trajín del diario vivir, he entendido que en muchos casos nos olvidamos de la sencillez de la vida, nos encargamos de estar al pendiente de lo que hacen o dicen otros, para entonces así, ni siquiera pensar en el monstruo que podemos volvernos, llenos de enfermedades y amarguras, dejamos etiquetarnos con letreros cargados de mensajes para la aceptación de otros, con lo sencillo que es:Entender tras las experiencias y de las tan variadas vivencias en cada una de las consultas, que mientras mas buscamos en el exterior, mas encontramos dentro, que mientras nos resistamos a ser auténticos, nos limitamos a ser felices, mientras le impidamos a nuestro niño interior, reír, cantar, jugar, experimentar y preguntar, nos impedimos a ser ese auténtico parte de un todo verdadero y no de un patrón impuesto.Entender que vaciar la casa del dolor no es fácil, pero concientizar que si se puede.Entender que no todos deben escucharte y que el silencio ocasional es el mejor aliado.Entender que por doquier hay un mensaje sencillo lleno de amor absoluto esperando a ser descubierto por ti.Entender que no se pierda la palabra de aliento, pero administrar sutil, suave, lento y con temperamento a la vez
