SENAC, P
Desde el siglo VII una nueva civilización surgió a las puertas de un Occidente todavía bárbaro: la del islam y lo musulman. Cómo percibieron los hombres de la Edad Media a ese "Otro"? Para saberlo, Philippe Sénac ha escrutado de manera lúcida las imágenes que de él ofrecen los textos, las miniaturas, los capiteles románicos, las esculturas, los cantares de gesta. El sarraceno aparece dibujado en ellas con los rasgos más demoniacos: bárbaro, cruel, feo, perverso, cócil a las enseñanzas inmorales de su profeta Mahoma, el Anticristo. Salvo raras excepciones, el Occidente medieval, se negó a reconocer al infiel, conviertiéndolo en un chico expiatorio que se oponía punto por punto al cristiano ideal, hasta el día en que el comercio, la política y la difusión del saber se impupsieron a la leyenda y el mito. Pero no por ello sus rasgos permanecieron menos vivos hasta bien entrado el siglo XV.